OH! EL BESO
No tenía ni idea que había un día internacional del beso para
conmemorar la fecha en que dos seres se dieron el beso más largo de la historia,
bueno, no sé cómo haya sido eso de besarse durante 58 horas 35 minutos y 58 segundos,
la verdad no los envidio.
Como es de rico
darse un beso que deje con ganas de más, pero yo creo que a ese par esas 58
horas les fueron suficientes como para no pensar en besos por mucho rato, yo
soy fan del beso con pasión, ésa les
duraría yo creo que la primera hora, qué cansancio en la lengua, la mandíbula,
¿qué sabores habrán experimentado? La verdad lo sigo pensando y no me le
mediría.
Los besos, que
de diferentes tipos, generan un lenguaje no verbal que intriga, pero finalmente
transmite emociones, pueden ser de los placeres más alentadores para el
espíritu, te dejan como en otro nivel y lo repito, nada como un beso apasionado, de
los que te ponen el corazón a mil, de los que te hacen sudar y hasta temblar, claro,
es que la persona al que se lo das te encanta y mientras eso pasa, piensas:
aquí fue!
¿Qué fue? No sé,
¿tal vez seguirá el sexo? Tal vez una expresión de amor, un ¿“nos vemos luego”?,
claro, para darnos más besos, obvio!; tantas cosas pueden pasar, pero lo que no
pasa, es esa adrenalina que te deja con
esa otra persona en la cabeza el resto
de la noche, o del día, incluso varios días, porque es que un buen beso no se
olvida.
Qué ricos son
los esquineros, esos que se dan como por un ladito, como tanteando la cosa,
todos tímidos, o algunos con intención de seducir hacía el beso apasionado, o
simplemente como acción de una despedida fugaz, también dejan con ganas de más.
Qué delicia los
que te das con esa persona prohibida, como escondidos, unos rapiditos que
dicen: me encantas, pero lástima que estés ocupado, y es que uno con esas
personas sí que se quiere besar, eavemaría.
Los besos en el
sexo, aunque pocos, son obligado preámbulo, algunos muy juguetones y mojados,
pero que también denotan pasión, pero sobre todo, deseo. ¿Esos? Esos son muy
buenos!
Qué tiernos son
los resortazos, o esos besitos chiquitos, cortos, que se dan uno seguido del otro mientras se dicen cosas así todas cursis, o de pronto
todas eróticas, esas me gustan más.
Pero qué locha
esos resortazos que ya hacen parte de la rutina de una relación, esos que ya no
saben a nada, que das por inercia, que tratan de decir, me importas, te quiero
y tenemos algo, pero que se vuelven tan planos y aburridos, y que es ahí donde tientan los apasionados prohibidos,
no deje que eso pase, hay que besarse, y no porque se celebre una fecha, no,
agarre a su novio, a su esposo, a su mozo, con el que le gusta y puede darse
besos, y béselo!, con pasión, con ganas, y si puede, con variaciones, muérdalo,
agarréle la nalga, abrácelo, agárrelo del pelo, explore su boca y su lengua,
sienta su respiración, sienta la suya, disfrute su aliento, y pare con contundencia
para que esos labios quieran otro día volverse a encontrar.
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